La reconocida escritora Valentina Párraga escribió a Radio Caracas Televisión y al Presidente de la República, el pasado lunes, un día después del cese de nuestras transmisiones. Allí no sólo expresó sus sentimientos para con el canal sino su crítica ante la arbitraria medida. Estas fueron sus palabras:
Anoche (27 de mayo de 2007) cerraron mi Radio Caracas televisión, la mía, la de todos los Venezolanos. Por ella hemos llorado con la impotencia y el dolor ser testigos de una ejecución sin apelaciones.
Radio Caracas Televisión es parte vital de mi pequeña historia. Trabajé ocho felices años en ella. Fue la planta donde se me dio una total libertad de creación para mis telenovelas, y donde disfruté del compañerismo y la calidad profesional de mis amigos en cada uno de los proyectos que emprendimos. Estoy muy orgullosa de pertenecer a esa familia que anoche mostró su dolor ante un cierre injusto, pero sobre todo mostró su dignidad y entereza al mundo entero.
Radio Caracas es mucho más que una postura política. Ella está en nuestro día a día, tan nuestra como la arepa y el café en la mañana.
Nuestro imaginario como país fue moldeado en mucha medida por el canal de Barcenas, y eso es lo que no le perdonan estos "idearios del hombre nuevo".
Anoche desgarraron la memoria nacional, y eso se paga. El Atila nacional y sus hunos quieren acabar con una empresa que ha funcionado bien por 53 años, porque todo lo que funcione bien les refleja en contraste su total ineficiencia…
Cierran RCTV y en su momento si pueden, cerrarán Globovisión porque son los únicos medios audiovisuales que se paran frente al gendarme y sus secuaces para recordarles que están en el poder para servir a un pueblo y hacerlo prosperar, y no para ser servidos y medrar con sus riquezas.
Y en un intento de torpe disimulo, el gobierno forajido pone en lugar de Radio Caracas a otro canal tan depauperado como el actual VTV o los demás canaluchos que ha abierto el comandante para adoctrinarnos con su indigesto pasticho ideológico y un concepto de cultura tan Perezjimenista que no va mas allá de "los chimichimitos".
Mucho mapire y artesanía indigenista, mucha etnología, mucha palabrería hueca y citas históricas, pero poco contenido real que nos haga crecer como pueblo. Y lo más imperdonable: Son aburridos hasta el desmayo y la catatonia.
Anoche creí que moría una era. Pero hoy tengo una extraña sensación de alegría. Un buen presentimiento. Es como el renacer de una esperanza... como si anoche hubiéramos asistido no a una muerte sino al parto de otro tiempo.Y no hay parto sin dolor. En cada época trágica surge un mártir al que hay que sacrificar. Esta vez nos tocó a nosotros, los RCTVistas.
Pero los venezolanos somos un pueblo generoso y justiciero, que se pone siempre del lado del perdedor y el oprimido... y si usted, comandante, no fuera tan amnésico y rencoroso, si no se dejara llevar por las vísceras, hubiera recordado su propia leyenda, y tendría presente que fue en su momento el "héroe redentor" de una era, con su famoso "por ahora".
Comandante, le voy a hablar como lo que soy, una libretista de telenovelas: El "Quítate tú, pa´ponerme yo" que usted hizo con Radio Caracas es una movida tan gruesa que acaba de voltear la clepsidra en su contra y la arena comenzó a caer inexorable. En el argot de las telenovelas acaba usted de traicionar su personaje, y se le reventó su mascara. Ya no es más el protagonista de esta historia. Es el villano... Por lo tanto, no merece usted quedarse con la protagonista, una mestiza hermosa y buena llamada Venezuela. Ella sabrá al final buscar su propio destino feliz y usted tendrá uno de los cuatro finales típicos para los malos de los culebrones: La muerte, la cárcel, la locura o el olvido. Es lo justo. Y de justicia si sabemos los venezolanos, porque crecimos viendo telenovelas...
Valentina Párraga
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